miércoles, 25 de febrero de 2009

Barreras al buen gusto

Con la iniciativa de eliminación de barreras arquitectónicas que el Ayuntamiento está llevando a cabo con la financiación del Plan de Zapatero, se me ha ocurrido pensar (sin ánimo de ofender), si sería buena idea dar un emplazamiento más apropiado al monumento a las Cofradías que está en la Alameda de Cristina.

El grupo escultórico podría ubicarse en la Plaza Rivero u otra plaza que se considere oportuna, en una rotonda o en el lugar que ocupa uno de esos edificios, que no se deberían nunca haber construido por buen gusto y respeto a la belleza histórica de la ciudad (¡Qué pena del entorno de la Ermita de Guía y qué estropicio más gratuito se le está haciendo!)

La Alameda de Cristina resiste mal ese suplemento que se le añadió con precipitación y terquedad, a costa de sobrecargar un lugar, que por su sencillez y naturaleza no requiere de mayor gracia.

viernes, 20 de febrero de 2009

¿Quién saca las castañas?

La manifestación por el empleo convocada el miércoles por los sindicatos CC.OO. y UGT. tuvo una amplia participación de partidos políticos y organizaciones sociales. Sin embargo, la implicación del colectivo protagonista del acontecimiento fue muy reducida en relación al número de demandantes de empleo que tenemos en la ciudad y que se cifra muy cerca de las 26.000 personas.

Si los verdaderos protagonistas de la manifestación del otro día no se sienten motivados a salir de su casa para demandar y apoyar haciendo fuerza con su presencia en la calle, deben saber que, con su actitud, están lanzando un claro mensaje de desmotivación de apoyo a su justo derecho al trabajo y también sobre quién debe sacar las castañas del fuego. Con su no participación, los desempleados ponen la pelota sobre el tejado de los sindicatos y también ponen más de una pelota sobre el suyo propio.

El resultado de la manifestación por el empleo ha sido muy importante para poner de relieve la capacidad de convocatoria de los sindicatos y el nivel de concienciación que tienen los desempleados: su grado de confianza en el gobierno y en los agentes sociales, en su capacidad de acción ante la crisis y de implicación social individual y como colectivo.

Los sindicatos tienen su parte de responsabilidad en el éxito o fracaso de una convocatoria, pero no tienen toda la responsabilidad. Algo importante estará pasando en la sociedad cuando los afectados no tienen suficiente energía para mostrar su apoyo a sus propias reivindicaciones. Muchas dudas se ponen de manifiesto y produce cierto recelo pensar que esta apatía se pueda deber al estado del bienestar, o a que la realidad con la que contamos en números sólo sea un dato estadístico sin mayor trascendencia.

El Gobierno, los Agentes económicos y la Sociedad en su conjunto tenemos un compromiso con los ciudadanos que no tienen empleo, y el colectivo de desempleados debe tomar conciencia de su corresponsabilidad en la sociedad en la que vive.

jueves, 12 de febrero de 2009

Pisando uvas (II)

Las iniciativas que han tenido éxito y se han asentado, generando actividad económica y una mayor motivación para la creación de empleo, junto con el clima y una situación geográfica privilegiada de la ciudad, han sido las actividades culturales y deportivas que ya formaban parte de la historia de Jerez: las motos, la feria, el flamenco, la semana santa o los caballos. Pero todo lo anterior no ha sido suficiente para bajar considerablemente el nivel de desempleo (“en tiempos mejores de los que estamos viviendo”). Sin embargo, hemos tenido éxito potenciando lo que conocemos y lo que sabemos hacer, por eso debemos impulsar la iniciativa social y económica en relación al que fue y puede volver a ser nuestro más importante sector económico: el vino y su cultura.
Un ejemplo claro es que, después de todo lo acontecido, las bodegas y el vino siguen siendo el mayor reclamo para los turistas. Las bodegas que han sabido reaccionar positivamente a la crisis, las que han apostado por diversificar los productos y se creen el potencial de negocio que tiene el enoturismo, hoy tienen en ello una parte importante de sus ingresos.

No se trata de quedarnos en lo que pudo ser o de seguir pisando las uvas de una misma canasta; lo que debemos hacer es mirar hacia el futuro con ilusión y creyéndonos lo que somos. Y no somos el centro del universo: somos una parte importante de la provincia de Cádiz, un territorio que tiene la suerte de tener un producto único, una cultura y un patrimonio extraordinarios que aportar a la economía de la zona. Pero vivimos de espaldas unos a otros y ni siquiera entre los protagonistas existe conciencia sectorial. Es preciso que el Sector recapacite sobre todo esto y que se pongan las bases de un nuevo marco de acción conjunta para tirar todos del mismo carro.

La capacidad de liderazgo, de aunar esfuerzos para revitalizar nuestro universo vitivinícola, la tienen los representantes políticos, las empresas y las instituciones. Ellos tienen los medios y la fuerza para que la sociedad en su conjunto sea llamada y se sienta voluntariamente obligada a defender los intereses comunes apoyando en esta tarea.

El camino emprendido por el gobierno municipal de recuperar la fiesta de la vendimia debe tener como objetivo hacer creer en la más importante riqueza que nos han dado la naturaleza y el trabajo de nuestros antepasados. Por tanto, el patrimonio vitivinícola y el conocimiento adquirido, que hay que incrementar con investigación y desarrollo, deben ser el eje principal sobre el que giren todos los demás elementos que conforman nuestra industria productiva y turística.

En el negocio del vino, como en cualquier otro, vender mucho es importante; pero hoy no se trata sólo de vender muchas botellas de vino, porque la riqueza está en lo que representa esa botella de vino para quien la compra.

NOTA al margen: Si usted tiene pensado en los próximos días renovar la tarjeta de aparcamiento para residentes (ORA), le recomiendo que se tome usted “un yogur payoyo” porque le espera echar media peoná: tendrá que ir a Jereyssa (en la calle Latorre), para que le atienda un empleado y luego tendrá que ir a la ventanilla, en el mismo lugar, para efectuar el pago: ambas cosas adobadas con sus correspondientes colas.

A continuación deberá ir a la calle Corredera (no está muy lejos), donde está la oficina del “ORA” (¡Ojo!, no abre al público de 8 a 3, sino de 10 a 13); allí le darán, después de guardar de nuevo la cola correspondiente, la preciada tarjeta para poder aparcar lo más próximo a su casa. ¿Se puede hacer peor? Sí. ¿Y se podría gestionar por banco o por Internet? Pues también.

jueves, 5 de febrero de 2009

Pisando uvas (I Parte)

La apuesta por las fiestas de la vendimia que desde el Ayuntamiento se ha avanzado en Fitur es una decisión trascendente. Porque la orientación de los contenidos de las fiestas de otoño hacia el sector vinícola es una medida que se viene esperando desde hace años.

Con los contenidos programados podríamos dar por sentado que comenzará una nueva etapa para recuperar la identidad jerezana y la economía agroalimentaria. La pisa de la uva, que se hizo el año pasado de cara a la Catedral como ofrenda a los dioses (así quiero pensarlo), debería ser la celebración mayor de nuestra ciudad y debe tener como objetivo ser un gran día para todo el Marco de Jerez.

Cuando celebremos ese día simbólico, que representa el momento último de la recolección y el nacimiento del nuevo vino, con la asistencia del Presidente de la Diputación, todos los Alcaldes de las ciudades vinícolas de la provincia y una representación de cada bodega, de cada viña, junto con las asociaciones afines, lo habremos conseguido. ¿Es eso un sueño imposible? Empecemos a dar pasos hasta hacerlo realidad.

El sendero de nuestra actividad vinícola viene torciéndose desde hace unas décadas porque el mercado nos estaba dando la espalda y dejamos de creer en nosotros mismos. Y caló hondo en la sociedad jerezana ese declive, porque las bodegas eran empresas con mentalidad de siglos pasados y no contaban con la sociedad jerezana en su conjunto como parte de su capital más perdurable. Por otra parte, tampoco hubo entendimiento con las instituciones, y Jerez, que había padecido una reconversión industrial y cultural de gran calado, declinó su identidad y se abandonó a un futuro de proyectos ajenos a nuestra actividad principal.

NOTA: Podría hablar en estos días de generosa lluvia de los cajones llenos de documentos pero acaba de comenzar el espectáculo, y, además, me ha obligado a cambiar de tercio una cita de Shakespeare que dice: La verdad es más extraña que la ficción.